martes, 17 de marzo de 2015

De Cera y Chicotá

Sorpreshola¡¡

Ya nos hemos adentrado en la penúltima semana del mes de Marzo, eso me hace pensar que el tiempo corre como un gamo, pero también me pregunto si es loable echarle el freno al tiempo...¿Será posible?. Pues mucho me temo que no. Hay quien dice por ahí que si se vive más deprisa sentiremos que el tiempo corre más despacio, pero también dicen que los momentos que nos hacen sentir bien, deberían ser eternos...¿Quien lo sabe???.
Lo cierto es que a veces da "miedo" volver la vista atrás y pensar dónde estamos, dónde estábamos hace un año y dónde nos tendrá la vida el año que viene.
Imposible saber el futuro, quizás no recordemos el pasado, pero sí sabemos cual es el presente.
Y el presente pasa por ir preparando esas vacaciones de semana santa que tenemos a la vuelta de la esquina ya.
Siempre digo que si me pierdo en estas fechas que me busquen en Sevilla. Muchos son los destinos para poder disfrutar de unos días de descanso, pero( para mí) decir semana santa, semana de pasión o devoción es decir Sevilla.
¡¡Qué recuerdos de esa primera semana santa¡¡, ¡¡Cuánto tiempo ya de esas primeras bullas al paso de las cofradías¡¡¡ ¡¡Qué nostalgia al recordar todos esos martes santo viendo la Candelaria por los jardines de Murillo, amenizando sin luz la espera con unas pipas "pa matar el hambre de madrugá", o la espera del Buen Fin el miércoles santo, de amanecer eterno, en la esquina de la calle donde el Señor llega a su casa, o las esperas del paso de los Gitanos en Santa Ángela, o la madrugá en las sillas para ver todas las cofradías sin perder detalle entre café y café en el labradores.
Cómo se remueven las emociones, siempre muchas y nunca iguales.
Encenderé el ordenador para ver la retransmisión que las televisiones locales y regionales harán cada minuto desde los puntos donde se encuentre la información , como nunca desde hace ya....puffff muuuchos años¡¡¡ y entonces, surgirán imágenes como estas:












Ya se puede sentir que, es tiempo de ver esos nazarenos que visten su túnica por primera vez,- muchos sin andar aún-, con su cesta de caramelos y estampitas y la ilusión reflejada en su cara esperando la Borriquita el domingo de ramos; es tiempo de esparto que ciñe las promesas de los nazarenos a su fé; tiempo de cirios que dan paso al  sueño de la  penintencia ofrecida; de marchas que acompañan palios y cruficados a la espera de esa saeta que no hace sino aliviar la pena de una Esperanza por el dolor de su hijo. Es tiempo de silencios, rotos de emoción, al paso de las cofradías en sus barrios; tiempo de mantillas que, adornan de luto las calles en las mañanas del jueves santo, perfumadas de incienso;de devoción esperanzada por la resurreción. Es tiempo de llamada del capataz y levantá de los costaleros- "a esta es". Es tiempo de bulla y silla; es  tiempo de espera larga y tranquila; es tiempo de cruz de guía, de cera y chicotá.

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