jueves, 11 de junio de 2015

De Tomillo y Romero

Sorpreshola¡¡
Cómo ha ido la semana?. Hoy es jueves y con mucha diferencia del anterior, la climatología parece volverse adversa para hacernos retomar los días más fresquitos que ya habíamos pasado.
Nada que ver con el jueves anterior¡¡¡, y es como reza el dicho "Tres jueves tiene el año que brillan más que el sol", y justo hace una semana, nos hallamos en uno de ellos, Corpus Christi.
Con permiso de Granada y Sevilla, decir Corpus Christi es decir Toledo.
La ciudad celebra en esos días su semana grande y es un verdadero privilegio poder disfrutar de sus calles, engaladas para la ocasión, y de sus patios.
El olor a tomillo y romero que se respira en el casco nos adentra aún más en el embrujo de sus calles, donde, por segundos, parecen más presentes las tres culturas que convivieron en la ciudad.
Desde Zocodover a Santo Tomé todo es bullicio, gente, color y espectáculo.
 No es de extrañar, pues desde 1980, esta fiesta está declarada de interés turístico regional.
Por las calles de Toledo procesionan una amplia representación de cofradías y hermandades de la ciudad, -amén de representates políticos venidos desde diputación, presidencia y ayuntamiento- para acompañar y guardar  la obra de Enrique Arfe, la custodia.
Por el cabildo de la catedral de Toledo, se encargó en el siglo XVI esta obra con el objetivo de albergar el ostensorio que, realizado con el primer oro llegado de América,- o eso cuenta la leyenda- perteneció a la reina Isabel La Católica.
Con tradición muy antigua, esta custodia procesiona, cada festividad del Corpus Christi  para embellecer, aún más si fuera posible,  la ciudad, que desde 2010 y acogiéndose al calendario litúrgico hispano mozárabe, vuelve a tener todo su esplendor el jueves.

Adelante, Toledo nos espera...



 Sus plazas y  calles...

Calle Alfileritos

Plaza del Ayuntamiento

Plaza del Ayuntamiento

Calle Alfileritos

Arco de la Sangre

Plaza de Zocodover



Zocodover

Zocodover

La custodia...

...Y algo de sus patios













Nada mejor, si recibes una visita especial , que poder compartir un paseo en la ciudad imperial. ¡¡¡Feliz paseo¡¡¡, ya lo creo.
Asi que, a pesar del calor, valientes¡¡¡, nos dedicamos a subir y bajar, pasar y volver a pasar por el laberinto de calles para llegar siempre al mismo destino. Impregnados de ese olor tan especial entre tomillo y romero, por partes a hinojo que, inunda la ciudad y la envuelve también en un halo de misterio. Todo merece la pena y Toledo por la festividad de Jesús Sacramentado, más.



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