Después de tanto tiempo, por fin con ganas de visitar estos lares. Con ganas y tiempo, claro...pues muy a mi pesar, tengo una rutina de la que estoy deseando desprenderme y...¡¡no hay manera¡¡¡.
Demasiadas cosas pasadas, buenos momentos, noticias agradables, la primavera casi terminada y todo un verano por delante para disfrutar y trabajar (Eso esperamos¡¡¡).
Ya estamos en la víspera de la celebración del Corpus Christi (ya os enseñaré lo espectacular que estará Toledo en estos días) y parece que fuera ayer-como dice la canción- que celebramos Pentecostés.
Este año ha sido tan bonito y especial que a veces pienso que no quiero volver a vivir esos momentos, para mantener siempre impecable el recuerdo mágico de este año. (Dudo mucho que pueda olvidar el momento en el que la Señora, preciosísima, salía de su ermita para encontrarse con nosotros. Dudo que pueda volver a sentir lo que una mano puede tenderte en ese momento...Hay que estar allí y ...comprender)
Cuántas sensaciones¡¡¡, Cuántos momentos buenos¡¡¡¡. Es imposible recordarlo y no sentir la emoción de nuevo.
Este año hemos tenido cambio de casa, de compañeros de vivencias y hermandad...Bienvenid@s a tod@s a esta forma de compartir, vivir y sentir El Rocío¡¡¡¡.
Han sido unos días largos hasta poder disfrutar de ellos y demasiado cortos mientras vivíamos nuestra experiencia.
"Miércoles de mañana, despierta rociero" y el miércoles, de mañana, muy temprano, sin apenas haber dormido, (por aquello de los cantes de casi madrugada y unos pocos de nervios, la verdad), nos levantamos para empezar un camino que, llevaba el pago de una deuda en forma de promesa y agradecimiento.
Con todo lo necesario-ilusión y ganas-, nos embarcamos en unas arenas benditas, sin agua bendecida, con muchos caminos antaño recorridos por otros peregrinos y romeros que, decidieron vivir la misma experiencia.
Decían, contaban, que el camino es hermandad. Ahora, tiempo ha, puedo dar fe de la certeza de cada palabra. De diferentes lugares, peregrinos con muchos rocíos y romeros nuevos, de diferentes hermandades pero acompañando al simpecado de la hermandad del Rocío de Barcelona, que, entre la sagrada familia y tirado por dos bueyes, nos permitió vivir la experiencia de andar las arenas rocieras.
Misa, rezo del ángelus, mucho cante, baile, parada en el camino, calor, más cante.. Pesa el calor y pesa la arena, pero vale la pena pensar que un paso detrás de otro y por delante la ilusión de llegar hasta sus plantas¡¡.
Y por supuesto, bautizo como manda la tradición y con padrinos de Lujo, (qué ilusión me hacía¡¡¡¡) por ser nuestro primer camino. Muchísimas gracias por ese momento a los tres hermanos que nos apadrinaron¡¡¡.
La imágenes que deja el camino son de las que nunca se borrarán de nuestra memoria, principalmente porque cada una de ellas va ligada a una vivencia y un momento único y especial.
Estas son algunas de ellas
Nos vamos, el camino nos espera¡¡ |
Detalle del simpecao de la Hermandad de Barcelona |
Por las arenas, la vi pasar... |
Parada del Ángelus |
Parada para los bautismos |
...Bendita arena |
...El camino... |
Momento de nuestro bautismo. Rocieros de verdad¡¡¡ |
Cae la noche sobre los simpecaos de las hermandades de Villarasa y Barcelona |
Todo lo pasado merece la pena por ver tu cara, Rocío |
Bendita recompensa del lunes de Pentecostés |
Emociona, recorrer parte del sendero agarrada a la carreta del simpecado. Emociona, compartir la sensación de llegar a la aldea con un grupo de personas que han vivido la misma experiencia. Emociona, que una mano pueda convertir mi promesa en nuestro sueño. Emociona, compartir la espera de verte salir. Emociona, la llegada a tu ermita llenos de arena, sin haber descansado, con los pies doloridos, heridos y ver tu cara. Sólo por eso repetiremos, siempre que tu quieras, Rocío.
Voces te cantan a modo de rezo, "aunque tu cara es bonita yo con tus manos me quedo"... Con tus manos me quedo, porque en tus manos estoy y con la suyas también, pues son las que me han permitido llegar a tí.
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