martes, 14 de mayo de 2013

El Largo camino a casa


Sorpreshola¡¡:
¿Qué os parece la aventura?, ¿Os atrevéis con ella?.
Yo creo que hay muchas formas de vivir una aventura, no pienso que sea necesario irse a la selva, montar en globo, perderse en el desierto o echar a andar en un coche que no tiene gasolina. Se puede vivir una aventura de una forma mucho más simple, el mero hecho de salir de casa ¡¡ya lo es¡¡.
Desde que tengo conocimiento, mi vida ha transcurrido entre autobuses, coches, trenes y maletas ( Qué te gusta una maleta¡¡, me solía decir un amigo).A simple vista puede parecer algo fantástico, a veces lo es, pero no hay que dejarse llevar por las apariencias. Los viajes a los que me refiero no son vacacionales, ni mucho menos. Casi siempre he tenido que moverme por motivos de estudios o de trabajo y siempre he estado sola, (a diferencia de las pequeñas escapadas que he tenido a lo largo de mi vida y que ya os iré contando). Y aunque como ya he dicho, estos viajes no han sido de ocio, sí han supuesto para mí una aventura en su gran mayoría. Empezando por tener que subir a un autobús con destino conocido pero donde nunca has estado, sin saber si la persona que tiene que ir a buscarte (y que por supuesto no conoces) estará realmente presente para recogerte. O hacer una maleta para plantarte a cientos y cientos de kilómetros de casa en un lugar del que solo conoces que su gente tiene ligero acento en su castellano parlante, sin conocer a nadie ni nada de la zona (por llamar de algún modo a una autovía por donde no pasaba ni el tiempo).
Pero todas esas cosas al final tienen su recompensa. Personal, laboral… Qué más da¡¡, es recompensa al fin y al cabo. Aprendes a convivir, a compartir, a valorar, a ser más confiada y a tener más capacidad de relacionarte con los demás. Eso puede llegar a darte algo muy gratificante, la amistad. Creo que de estas aventurillas, he sacado las mejores de las amistades que tengo hoy en día. Eso es también precisamente lo que hace más duro tener que abandonar los lugares por donde pasamos; las personas que dejamos allí de donde volvemos a marcharnos. Hoy en día con las tecnologías , parece como si no nos hubiéramos marchadooo¡¡¡. Si prácticamente de la primera aventura saqué un provecho impresionante(tengo una prolongación de mí en mi querida amiga y confidente ¡¡¡y apunto de hacerme tita por segunda vez¡¡¡), de la última no os podéis imaginar¡¡¡¡¡. Cuando llegué a mi penúltimo destino, (lo de último no me gusta) no tenía nada que no fuera a mí¡¡, no amigos, no conocidos, no contactos…lo normal también en estos casos, por que sino no hubiera sido una aventurilla. Cuando salí, el cuento había cambiado demasiado y en mis maletas apenas si pude meter tantos buenos momentos, tantos malos, tantas risas, tantas charlas, tantas conversaciones que me ayudaron enormemente, tanta alegría, tanta pena, tantas vivencias… ¡¡tanta amistad¡¡.
Marzo 2013. Con un buen ¡¡cacao¡¡ y mejor compañía.

 Creo que me traje toneladas de caja de cartón y no pude meter todo¡¡¡. La verdad es que me costó mucho llegar hasta allí por lo que dejaba atrás, pero supuso más tener que salir de allí precisamente por el mismo motivo. Ahora, que el tiempo pasa y la experiencia adquirida es un grado, las cosas se ven de otra forma totalmente diferente.Inevitable echar la vista atrás para recordar a esas personas que me acompañaron en los momentos que viví. Y no sentir un poco de nostalgia. Y difícil también poder definir cómo apenas varios cientos de kilómetros pueden hacer que la vuelta sea tan dura, pero fácil de comprender que es por esas personas por la que la vuelta es precisamente, el largo camino a casa.

Marzo 2013. El último de los líos. No estamos muy favorecidas, pero estamos graciosísimas. Y por supuesto en las dos ilustraciones, no están todos los que son. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario