Tacones lejanos
Sorpreshola¡¡¡
Lunes… ¡¡¡¡Qué bien, iniciamos una nueva semana¡¡¡. Seguro
que viene acompañada de numerosas y agradables sorpresas.
Tan agradable como la que supuso para mí, hace ya unos años,
la locura que propusieron unas compañeras de trabajo para aprender a bailar… Tremenda
la idea y más si tenemos en cuenta mis años que junto con lo torpe y arrítmica
que soy ,más que un propósito sería un milagro.
De las cuatro que inicialmente nos adentramos en esa loca
idea, solamente dos logramos conseguir el propósito Y no
solo eso… ¡¡¡¡¡también durante dos años más, Quién lo hubiera imaginado¡¡¡¡.
En la academia. Uno de los últimos previos al comienzo de clase. |
Por las cosas inesperadas del destino el tema de
la danza , de momento, se ha acabado para mí, pero personalmente la experiencia
no ha podido ser más enriquecedora y los lunes tenían otro color¡¡¡¡.
Además de descubrir que era capaz de mover un brazo a la vez
que su pierna contraria y conseguir que un montón de pies taconearan al unísono
como si de dos solamente se tratara, he tenido la oportunidad de poder conocer
a un grupo de personas geniales… y no sólo como bailarines. ..Quizás por eso se
me hace tan duro ahora que los lunes sean como son, en gran parte, por ell@s.
Cuando recuerdo el primer día de clase y recuerdo también el
último, la sensación es tan contradictoria que
casi se asemeja a los nervios previos a subir a un escenario. (Algo que jamás pensé que haría y que también
hice. Vencer la barrera del miedo, sin olvidar tener reservada la del
ridículo).
Junio 2012. Festival AFAD. Antes de Solano ¡¡Qué nervios, chicas¡¡¡. |
Siempre he pensado que las cosas que se empiezan en la vida,
hay que llevarlas hasta su fin. A mí me van a quedar, en el tintero y a medias
,los tangos de Triana y una despedida en condiciones con mis compis, como Dios
manda…
Como también siempre me he expresado mejor escribiendo que hablando, (Las palabras fluyen de un manera más fácil),mi post de hoy es para agradecer a tod@s ell@s por los buenos momentos, los ratos de baile, las risas, las charlas coloquios con cafelillos incluidos y lo que de forma particular ,cual granito de arena, aportaron a mi vida.
Gracias a María también
por su infinita paciencia.
¿Que si se os extraña?... Y ustedes qué creéis?
Desde la distancia, Los
lunes no volverán a ser lo que eran, pero sí me hacen esbozar una sonrisa al
recordar el sonido de los tacones, aunque para mí sean ya tacones lejanos.
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